Wednesday, June 24, 2009

OEA: PERDIÓ LA DIGNIDAD

Por Ninoska Pérez Castellón

“La tiranía totalitaria no se edifica sobre las virtudes de los totalitarios sino sobre las faltas de los demócratas.” – Albert Camus


La Asamblea General de la OEA, celebrada en San Pedro Sula, derogó, sin condiciones, la resolución que suspendió a Cuba del Sistema Interamericano en 1962. La pregunta sería:

¿Qué ha cambiado? Si bien concluyó la Guerra Fría y Cuba dejó de llamarse marxista leninista, la filosofía totalitaria, rediseñada y ejercida por la dictadura más antigua del hemisferio sigue teniendo las mismas despiadadas características. Aun así, los delegados de la XXXIX Asamblea General de la OEA reunidos en Honduras, escogieron ignorar a las víctimas y dar su apoyo irrestricto a los victimarios. ¿Ganó Cuba? No, perdió la dignidad.

La secretaria de la asamblea y canciller de Honduras. Patricia Rodas, tembló de emoción al leer la resolución y agregó que con este paso la OEA comenzaba a escribir una nueva historia. La simpatizante de La Habana olvidó agregar que sería la historia más bochornosa de toda su existencia. Un recorrido por las frases pronunciadas por los participantes de la asamblea es un triste recordatorio que quedó atrás la era de grandes estadistas y diplomacia honrosa.

El presidente hondureño Manuel Zelaya, quien desafió el miedo al ridículo cuando viajó a Cuba a poner sobre la cabeza del convaleciente dictador cubano, disfrazado de deportista, un sombrero de cowboy, se aventuró a decir, sin noción del tiempo que: “Fidel Castro dijo hace más de 40 años que la historia lo absolvería, y hoy la historia lo absolvió.” Lejos de que la historia pueda absolver a quien a lo largo de más de cinco décadas ha cometido incontables crímenes, ni la historia ni los pueblos suelen absolver a quienes, como Zelaya, tratan de justificar la existencia de las dictaduras.

Encabezando la comparsa del odio, la ambición y el antiamericanismo, se unieron en su retórica, Daniel Ortega, Hugo Chávez, y un puñado de cancilleres carentes de los más elementales principios y decoro. El de El Salvador, Hugo Martín, se aventuró a declarar que con esta resolución, “la OEA supera su deuda con la historia”. Y ¿quién paga por los miles de salvadoreños muertos como consecuencia de la subversión que regó Fidel Castro por el continente? ¿Cómo pueden los mismos países que pagaron con sangre las consecuencias de las ambiciones napoleónicas de Fidel Castro olvidar tan fácilmente?

El enviado de Rafael Correa, Fander Falconi, del Ecuador, uniéndose al reclamo de José Miguel Insulza, fue aun más lejos “La resolución es importante, pero no suficiente. Hay que levantar el bloqueo a Cuba.” En otras palabras, por mucho antiamericanismo que prediquen, hace falta que los “Yankees” den créditos y lleven turismo. Lo que cuenta, evidentemente, no es la dignidad…son los billetes verdes con caras de patriotas gringos.

España saludó la readmisión porque después que fabricaron hoteles donde no pueden entrar los cubanos, hay que buscar turistas “Yankees” para salvar las inversiones.

Países que padecieron guerrillas entrenadas en Cuba, cancilleres dispuestos a dar un voto de confianza a una dictadura que por cincuenta años ha encarcelado mujeres y hombres, ha asesinado, conculcado los derechos de un pueblo y cometido crímenes que deberían avergonzar a todo amante de la democracia. La Asamblea de la OEA en Honduras será recordada por la desfachatez y la mediocridad y Estados Unidos, lamentablemente, se unió a la farsa. Según señaló el Miami Herald: “Fuentes cercanas con las conversaciones dijeron que frente a la presión de los aliados de Cuba, el Departamento de Estado tuvo que retirar su solicitud de incluir una referencia específica a la Carta Democrática Interamericana del 2001, que pide que los miembros respalden la democracia”.

Tom Shannon, Subsecretario de Estado norteamericano dijo que “El arte de gobernar requiere de visión, madurez y persistencia. La resolución de hoy fue un acto de ese arte.”
Los tres ciudadanos americanos derribados en espacio aéreo internacional por MiGs castristas en 1996, deben haber sentido vergüenza ajena por la frivolidad de un burócrata insensible. Aunque, según Dan Restrepo, asesor para América Latina de la administración del presidente Barak Obama, prefieren enfocarse en el presente y en el futuro y dejar atrás los argumentos del pasado. Como si las víctimas desparecieran junto a un pasado marcado por lágrimas y terror. ¿Les dirían lo mismo a los judíos?

Pobre pueblo cubano, en el epicentro de tanta ignominia, tanta incompetencia y corrupción moral. Afortunadamente, los destinos de los pueblos poco o nada tienen que ver con asambleas o apologistas de sus opresores, sino con la reserva moral de un pueblo que pronto romperá las cadenas. Un pueblo que sabrá dar el paso al frente y reclamar su momento en la historia. Una historia digna, con decoro y con el sacrificio de tantos mártires como ejemplo supremo.

“La OEA es un bochorno putrefacto” sentenciaron los congresistas Lincoln y Mario Díaz Balart.

El tufo de la Asamblea en Honduras ha impregnado el continente.

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